CONACAI advierte sobre la necesidad de comunicar con responsabilidad en casos de abuso sexual que involucren a niñas, niños o adolescentes para no vulnerar sus derechos. Recomendamos:
- Proteger su identidad: cuando chicas o chicos sean víctimas o agentes de una agresión sexual o de cualquier tipo de violencia se debe evitar brindar datos que de manera directa o indirecta permitan su identificación y la de su familia o entorno.
- Evitar la espectacularización: las imágenes escabrosas, los detalles morbosos, el uso de la música y el sonido en función dramática, y otros recursos sensacionalistas constituyen prácticas que abonan la construcción de relatos que revictimizan o bien condenan mediáticamente e impiden abordar el problema en toda su complejidad.
- Considerar el lenguaje utilizado: las palabras que se emplean para referirse a las infancias pueden reproducir estereotipos y estigmatizaciones que no den cuenta de su condición de sujetos de derecho. En tal sentido se recomienda hablar de “chicos/as”, “niños/as” o “adolescentes” en lugar de usar el término “menor”; así como evitar expresiones como “menores delincuentes”, y en su lugar considerar la situación por la que están atravesando, refiriéndose a “adolescentes en conflicto con la ley penal o presuntos infractores a la ley penal”.
- Dar a conocer las líneas de asistencia a víctimas de violencia y dispositivos existentes para su atención, fundamentalmente la línea 102 para chicas y chicos.
Recordamos que las infancias y adolescencias cuentan con un marco legal y convencional que prioriza su interés superior y su condición de sujetos de derecho y que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual obliga a “quienes produzcan, distribuyan, emitan o de cualquier forma obtengan beneficios por la transmisión de programas” a velar por su cumplimiento.
Un abordaje orientado por los principios de protección integral de las infancias y adolescencias contribuye significativamente a la construcción de una sociedad democrática..