La violencia hacia las mujeres es una problemática social y mundial que afecta a millones de niñas, adolescentes y mujeres adultas que padecen discriminación, desarraigo, maltrato físico y psicológico, perdiendo no solo posibilidades de desarrollo pleno como personas sino muchas veces la propia vida, por el solo hecho de ser mujeres.
En el contexto de la pandemia de COVID 19, las estadísticas indican que los femicidios, femicidios vinculados y situaciones de abuso sexual se han incrementado. Lo mismo ocurre con las violencias ejercidas por canales digitales como el grooming o ciberacoso. Cuando las víctimas son niñas y adolescentes, su vulnerabilidad y exposición a los riesgos se acentúan. La violencia contra ellas tiene particular impacto en su salud psíquica, física y social e incidencia posterior en su vida adulta.
Desde este espacio orientado a la elaboración de propuestas para mejorar los contenidos de radio, TV, y medios digitales, dirigidos a niñas, niños y adolescentes, compartimos algunas recomendaciones:
- Alentar a las producciones y responsables de la programación audiovisual a la difusión de contenidos que promuevan la igualdad entre mujeres, varones y orientaciones de género diversas.
- Brindar imágenes no estereotipadas sobre los roles que desempeñan mujeres, varones, transgénero, bisexuales, gay y lesbianas en la sociedad, utilizando un lenguaje neutro no sexista y no discriminatorio.
- Contemplar aquellos elementos que permiten un tratamiento mediático desde la perspectiva de género y enfoque de derechos: presencia de especialistas, campañas de concientización, información útil para las víctimas, mención de instrumentos jurídicos (Leyes Nº 26.485 y 26.061)
- Protección de las víctimas: difusión de la línea 144 de atención, asesoramiento y contención para situaciones de género las 24 horas en todo el país de manera gratuita. Línea 137 para denuncias por grooming.
- Evitar las coberturas sobre violencia contra niñas y adolescentes presentándolas como hechos aislados y descontextualizados, para abordarlas como una problemática de interés público.
- Evitar tratamientos sensacionalistas y de revictimización de las niñas y adolescentes.
- Evitar el uso de diminutivos, apócopes o apodos para mencionar a la/las víctimas ya que suele ser ofensivo y la/las subestima.
- Preservar la identidad de niñas y adolescentes víctimas de delitos sexuales o de cualquier otra forma de violencia.
- Omitir discursos audiovisuales que representen una imagen adultizada o erotizada de las niñas y adolescentes víctimas de violencia de género.
- Evitar la reproducción de discursos estereotipados, creencias o mitos que supongan relaciones de subordinación o dominación de las mujeres por parte de los varones. No situar a las mujeres en posición de inferioridad o dependencia.
Entendiendo a la comunicación como un derecho humano, destacamos la necesidad de alentar a los/as responsables de las producciones de contenidos audiovisuales a promover prácticas discursivas libres de violencia, que sirvan de herramienta de acceso al derecho fundamental de niñas, niños y adolescentes a ser escuchados/as, valorados/as y reconocidos/as.